miércoles, 21 de octubre de 2015

La nueva revolución digital:
de la internet del consumo a la internet de la producción

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el marco de la V Conferencia Ministerial sobre Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe presentaron un balance detallado en donde se maneja la economía mundial como equivalente de la economía digital.
Los consumos digitales en los distintos escenarios: manufactura avanzada, seguridad, educación y capacitación, tecnología de la salud, transporte,…han demandado productos más sofisticados que equilibren condiciones tan elementales como condiciones de acceso, velocidad y latencia. El despliegue y la incorporación de las tecnologías digitales en la economías y sociedades de América Latina y el Caribe, tal y como se reseña en el documento, es extraordinario. La masificación y la competitividad propia de la revolución digital nos exigen desarrollar economías de red acordes a la madurez del ecosistema digital de cada país.  
Desde esta perspectiva, el avance de la digitalización tal y como reporta McKinsey (2014) ha mejorado significativamente los flujos económicos, desde  plataformas globales de: comunicación, información, entretenimiento e incluso de sistemas complejo de producción.
En la última década el uso de recursos digitales, como tabletas y teléfonos inteligentes abruma a nuestras sociedades. CEPAL (2015) reporta que el promedio de tiempo en línea de los usuarios en América Latina supera las 22 horas al mes. Estos usuarios de la era digital en promedio utilizan 60 aplicaciones, a través de: plataformas de comunicación (WhatsApp, Skype…), redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter…), plataformas de búsqueda (Google, Bing…), entre otras.   
Es así, como CEPAL (2015) plantea una nueva organización industrial. Esta nueva concepción productiva deja la mirada del usuario como un simple consumidor de información, para transformarlo en un activista de un mercado versátil cuya determinación está configurada por las interrelaciones que emergen de nuevas generaciones.
Como síntesis, podemos afirmar que la actual revolución industrial-digital además de flexibilizar y adaptar  al usuario a nuevos sistemas de información, lo conecta a todas las actividades económicas, de alcance global y/o nacional. Un claro ejemplo de esto son las plataformas de comercio electrónico, las cuales transforman continúa y sistemáticamente el flujo de bienes y servicios, al reducir y equiparar los costos a escala mundial.
Con base a esta data, surgen las siguientes interrogantes ¿nuestros centros de educación formal están preparados para asumir este nuevo modelo productivo?, ¿contamos con herramientas tecnológicas que garanticen la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje desde y para la globalidad?. Creo que la respuesta no es, al menos en nuestro contexto inmediato, muy favorable. Sin embargo, seguimos apostando a la inclusión y a la diversificación del saber a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

Referencias

CEPAL (2015). La nueva revolución digital. De la Internet del consumo a la Internet de la producción. Naciones Unidas, Chile, Julio, 2015. En línea:  http://www.antel.com.uy/wps/wcm/connect/ab01f180496e14fe9d69fdaf6890d810/S1500587_es.pdf?MOD=AJPERES

1 comentario:

  1. Haces muchas interrogantes importantes y definitivamente distamos mucho a los avances globales pero debemos continuar y mejor el camino ya arrancado

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